Son aromáticos, sabrosos, elegantes, suaves y equilibrados.
Las variedades de olivas que tenemos tienen un sabor suave, con sensaciones dulces en boca y un picor y amargor no destacados.
Sus propiedades organolépticas son propias de las variedades utilizadas.
Esto lleva a que tengan un maridaje muy amplio en la cocina, además de ser excelentes para tomar en frío.