Para tener el mejor aceite hay que tener las mejores olivas.
Para tener los mejores oleicultores, sus explotaciones tienen que ser sostenibles en lo económico y en lo medioambiental. Con estas premisas se comienza este año un Proyecto por desarrollar 4 años, para mejorar la calidad del aceite, mediante técnicas de control de plagas en los olivos, por métodos respetuosos con el medio ambiente.
En mayo de 2020 se han instalado unas trampas para capturar la mosca del olivo, una de las plagas que más perjudican la producción del olivar y de la calidad de sus aceites. Se ha tomado un conjunto de fincas que suman 20 hectáreas de la tradicional y valorada variedad empeltre, donde se instalan. Además, se instalará en la zona en junio, una estación meteorológica digital, que mediante un App suministra y archiva miles de datos cada semana. Que se unirán a las observaciones en campo de los ingenieros de la almazara, para obtener unas curvas de población de la llamada mosca del olivo y de sus ataques a las olivas. De esta manera se pueden analizar estadísticamente determinadas temperaturas, horas solares, humedad ambiental y del terreno, viento… con las distintas generaciones del insecto y de su afección en las olivas.
En campañas siguientes se experimentará con otros métodos de lucha integrada como fomentar plantas silvestres de la zona para facilitar fauna auxiliar que, de forma natural, controlan la plaga.
Después de varios años, se espera contar con un modelo predictivo de comportamiento de la mosca en la zona de la DOP Sierra de Moncayo y así servir de guía a técnicos y oleicultores para la mejor gestión de sus olivos.
Primeras trampas colocadas en mayo 2020